Lo he escrito muchas veces, pero aún he de escribirlo muchas más; una de las cosas que tenemos que hacernos en España para poder entrar de lleno en la cultura de los pueblos nuevos es el lenguaje. Hay que movilizar la hierática rigidez del viejo romance castellano; hay que aprovechar sus energías potenciales haciéndolas actuales; hay que poner en juego su poder de derivación y asimilación, por ridículas preocupaciones contenido.
A medida que nuestra vida se complejiza tiene también que complejizarse el idioma
No creo que haya institución más a propósito que la prensa para recoger el idioma vivo, el que en las calles y plazuelas y en los cafés y en los casinos y en los campos se está formando día a día, en labor incesante, junto al lenguaje hecho ya y consagrado, cultivado por arqueólogos, que no otra cosa son los puristas, y archivado en gramáticas y diccionarios.
Hubo en Grecia, junto a los dialectos de griego, lo que se llamó "lengua común", formada, ante todo, sobre la base del ático. Esta "lengua común" es lo que entre nosotros representa el castellano medio, el que se forma en el seno del público de los cafés y tertulias, el lenguaje vivo. Reflejarlo es y debe ser el empeño de la prensa.
En ninguna parte me gustan menos que en la prensa diaria los alardes casticistas y los purismos del similor. El periódico debe parecer escrito en la calle, entre el estrépito de los carruajes, las voces de vendedores ambulantes y el ir y venir de los transeúntes, en el lenguaje suelto y hasta descuidado de que estos se sirven. ¡Fecundo descuido el de tal lenguaje!
Sería larguísima la lista de los neologismos que a la prensa debemos o que ella, antes que nadie, ha recogido de la calle proahijándolos [...]
A mi juicio y para mi gusto al menos, nuestros mejores escritos, casi diría nuestros únicos, se han formado en la prensa, y en ella se ejercitan. Y siempre que algún extranjero me ha consultado sobre los mejores textos para aprender castellano, si no era un erudito que quería aprenderlo para registrar a nuestros clásicos, sino para la vida o para estudio filológico, le he recomendado que lea fondos sueltos de periódicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario